El lenguaje es nuestra principal herramienta para el proceso de comunicación con los miembros de nuestra sociedad, teniendo en cuenta que a éste lo componen principalmente el conjunto de signos tanto orales como escritos y mímicos, cuya principal función es comunicarnos y expresarnos entre individuos.
"El lenguaje es paradójicamente anterior al hombre, todo el que quiso decir algo ya tuvo que suponerlo" dice HABERMAS al opinar que no hay mente ni actividad intelectual sin un leguaje previo. Pero también es importante saber que el lenguaje no es solo un asunto lingüístico sino que principalmente es la base de la comunicación es decir la base de la acción social. Para comprender realmente el sentido del lenguaje se debe comprender las palabras que tienen sentido de acuerdo al contexto que nos encontremos a esto se le conoce como la pragmática universal del lenguaje que nos da a conocer unos mínimos supuestos que nos permiten la buena comunicación.
Los mínimos supuestos están constituidos por cuatro elementos que son
• La inteligibilidad para lo que se dice
• La verdad para aquello que se dice
• Rectitud para su acto de habla en relación con un contexto normativo y
• Veracidad para su formación como expresión de conocimiento.
Los universales constitutivos conforman la base de validez del habla y son el resultado de la intersubjetividad es decir, lo que es verdad es resultado de un convenio que se condensa en acuerdos colectivos.
La verdadera comunicación esta llena de problemas que impiden la buena realización de la misma. Existen todo tipo de patologías o enfermedades en la comunicación humana, pero esto no imposibilita la necesidad de un modelo de comunicación ideal como referencia, Cuando existen perturbaciones en la comunicación todos tenemos conciencia de que el proceso comunicativo está pasando por una serie de anomalías Las expectativas de normalidad quedan desmentidas si lo que dices es falso, o no eres quién para decírmelo, o mientes, o no te entiendo, y se produce violencia cuando no se consigue restablecer la comunicación.
En este punto, cuando no funcionan las bases de validez del habla para HABERMAS se hace necesario lo que él llama el discurso que vendría siendo como la cura de las enfermedades que se encuentran en la comunicación humana el discurso es una forma reflexiva de interacción que se esfuerza en recomponer la comunicación. Si, esto no llegase a dar resultado hay que buscar un consenso en la discusión, es decir tratar de buscar un acuerdo que sea tal, que garantice la igualdad de oportunidades para los hablantes y donde se puedan aportar los mejores argumentos.
Habría que concluir que la concensulidad es ni más ni menos que las convenciones que nos pactamos entre los seres pensantes para entendernos y comprender los significados de la comunicación y las intenciones.
Las convenciones pueden ser generales, conocidas por todos o aceptadas y aplicadas por todos los miembros de una sociedad o sencillamente por un grupo.
Por último Lo importante de una buena comunicación no solo es decir lo que se piensa o se cree sino saber expresar porque muchas veces la forma en que decimos las cosas confunden al receptor.
"El lenguaje es paradójicamente anterior al hombre, todo el que quiso decir algo ya tuvo que suponerlo" dice HABERMAS al opinar que no hay mente ni actividad intelectual sin un leguaje previo. Pero también es importante saber que el lenguaje no es solo un asunto lingüístico sino que principalmente es la base de la comunicación es decir la base de la acción social. Para comprender realmente el sentido del lenguaje se debe comprender las palabras que tienen sentido de acuerdo al contexto que nos encontremos a esto se le conoce como la pragmática universal del lenguaje que nos da a conocer unos mínimos supuestos que nos permiten la buena comunicación.
Los mínimos supuestos están constituidos por cuatro elementos que son
• La inteligibilidad para lo que se dice
• La verdad para aquello que se dice
• Rectitud para su acto de habla en relación con un contexto normativo y
• Veracidad para su formación como expresión de conocimiento.
Los universales constitutivos conforman la base de validez del habla y son el resultado de la intersubjetividad es decir, lo que es verdad es resultado de un convenio que se condensa en acuerdos colectivos.
La verdadera comunicación esta llena de problemas que impiden la buena realización de la misma. Existen todo tipo de patologías o enfermedades en la comunicación humana, pero esto no imposibilita la necesidad de un modelo de comunicación ideal como referencia, Cuando existen perturbaciones en la comunicación todos tenemos conciencia de que el proceso comunicativo está pasando por una serie de anomalías Las expectativas de normalidad quedan desmentidas si lo que dices es falso, o no eres quién para decírmelo, o mientes, o no te entiendo, y se produce violencia cuando no se consigue restablecer la comunicación.
En este punto, cuando no funcionan las bases de validez del habla para HABERMAS se hace necesario lo que él llama el discurso que vendría siendo como la cura de las enfermedades que se encuentran en la comunicación humana el discurso es una forma reflexiva de interacción que se esfuerza en recomponer la comunicación. Si, esto no llegase a dar resultado hay que buscar un consenso en la discusión, es decir tratar de buscar un acuerdo que sea tal, que garantice la igualdad de oportunidades para los hablantes y donde se puedan aportar los mejores argumentos.
Habría que concluir que la concensulidad es ni más ni menos que las convenciones que nos pactamos entre los seres pensantes para entendernos y comprender los significados de la comunicación y las intenciones.
Las convenciones pueden ser generales, conocidas por todos o aceptadas y aplicadas por todos los miembros de una sociedad o sencillamente por un grupo.
Por último Lo importante de una buena comunicación no solo es decir lo que se piensa o se cree sino saber expresar porque muchas veces la forma en que decimos las cosas confunden al receptor.
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